Turquía ve en el cáñamo la solución para su maltrecha economía

Turquía ve en el cáñamo la solución para su maltrecha economía

Turquía piensa incrementar rápidamente la producción de cáñamo industrial en todo su territorio para solventar la crisis económica que está padeciendo

Ante la crisis económica, la gran inflación económica de los productos alimentarios y un sector agrícola en decadencia, los políticos del actual gobierno de Turquía han hallado un nuevo maná al que encomendar su futuro: el cannabis o «el tesoro verde”, como lo definía el diario Yeni Safak, uno de los medios de comunicación más próximos al gobierno islamista turco. El cultivo de esta planta, de larga tradición en Anatolia, había casi desaparecido en las últimas décadas como consecuencia de las leyes antinarcóticos. Sin embargo, el presidente Erdogan quiere recuperar y estimular su producción para uso industrial.

En efecto, Turquía quiere expandir a gran velocidad la producción de cáñamo en todo su territorio con el objetivo de hacer un uso industrial de la planta.

El cultivo de cáñamo en Turquía ha estado prohibido en las últimas décadas debido a las leyes ignorantes y absurdas creadas para la guerra contra las drogas. Por culpa de estas leyes draconianas se encontraban al mismo nivel el cáñamo y la heroína, por ejemplo.

Sin embargo, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, recientemente, durante una entrevista, ha manifestado que tiene la intención de reanudar e incluso aumentar la producción de cáñamo para uso industrial.

Durante muchos años, Turquía ha estado en guerra contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado terrorista por las autoridades turcas, a quienes acusan de cultivo y tráfico de marihuana y opio para financiar sus actividades terroristas.

Por su enclave geoestratégico, Turquía es un país clave para los traficantes de drogas que operan entre oriente y occidente. Es un país con unas de las leyes más duras contra todo tipo de drogas, marihuana incluida. ¿Alguien recuerda el film llamado Expreso de medianoche? La esencia de este film es la historia real de un joven norteamericano que intenta sacar dos kilos de hachís y es condenado a cadena perpetua. Lo que sucedió hace años sigue siendo una realidad hoy en día.

El presidente Erdogan ha declarado su intención de expandir la producción legal de cáñamo enl Turquía y ha explicado que la prohibición del cultivo “es una conspiración de las potencias occidentales para socavar la agricultura turca”. Debemos recordar que Erdogan es un fundamentalista islámico que no oculta su rencor contra los países occidentales.

«Los enemigos de Turquía que pretenden ser nuestros amigos han obligado a Turquía a poner fin a su producción de cáñamo / cannabis», dijo a los medios de comunicación en relación a la OTAN en general y a los Estados Unidos en particular, porque este país presionó a Turquía para que prohibiera la producción de opio en 1971. A Turquía esto no le gustó nada y cuando el joven del film Expreso de medianoche fue arrestado con hachís, Turquía quiso vengarse de los EEUU condenando a cadena perpetua a un joven de 22 años que quería regresar a casa con algo de buena resina de marihuana para él y sus amigos.

Turquía era en aquel tiempo un importante productor de opio legal, pero además había productores de opio ilegales que proveían de enormes cantidades de esta sustancia.

El ministro turco de Agricultura y Bosques, Bekir Pakdemirli, también ha declarado públicamente que el gobierno hará lo necesario para incrementar la producción de cáñamo, que en la actualidad tan solo está permitida en 19 de las 81 provincias de Turquía.

El cáñamo es originario de Asia central, donde la planta se ha utilizado durante 8,000 años. Esta región es la patria original de los turcos.

El cáñamo es un producto totalmente natural y de larga duración. El cáñamo es versátil y además se puede reciclar. Y quizás su condición más importante para la industria actual es que no es contaminante ya que no genera subproductos tóxicos, algo que no se puede decir de la producción de plásticos sintéticos.

El cáñamo también limpia la tierra contaminada por radioactividad. De hecho, todos los años se cultiva cáñamo en Chernobyl para que las raíces absorban la radioactividad. El aceite, derivado de las semillas de cáñamo es una fuente valiosa de omega-3. Y en el terreno industrial, el cáñamo puede reemplazar al petróleo que ahora la industria utiliza para producir plásticos y combustibles.

El Gobierno quiere sustituir las bolsas de plástico por las de cáñamo y estimular un sector agrícola poco competitivo y en franca decadencia.

Erdem Ulas, un famoso investigador sobre las propiedades del cáñamo declaró durante una entrevista televisada que el cáñamo industrial es un producto muy estratégico y un cultivo milagroso.

Ulas es también el director del Instituto de Cáñamo ASAM, un grupo de expertos. Ulas dijo que su organización había recibido más de 2000 llamadas telefónicas de agricultores e inversionistas locales y extranjeros que estaban muy interesados en el tema después del comentario del presidente Erdogan sobre la producción de cáñamo.

Con la producción de cáñamo, Turquía podrá reducir drásticamente las importaciones de papel. Turquía podrá producir papel mejor y más barato. Además, con las fibras de cáñamo, también se pueden producir otros productos de un gran valor agregado para el país. Por otra parte, el cultivo de cáñamo es respetuoso con el medio ambiente.

La nueva política de Turquía es ir ampliando el número de licencias de acuerdo con la demanda que se vaya produciendo, según explica el economista turco Bekir Pakdemirli.

Este economista ha explicado que hay ya un proyecto de investigación conjunta entre el Instituto de Investigación Agrícola del Mar Negro y el Consejo de Investigación Científica y Tecnológica de Turquía que, una vez esté finalizado, se compartirá con los cultivadores de cannabis y cualquier otra persona que sea parte activa del sector.

Desde el año 1971, Turquía ha visto una drástica reducción de su producción de cáñamo. El país produjo 5000 toneladas de cannabis / cáñamo en 1961 y solo 7 toneladas en 2018. Afortunadamente para sus ciudadanos, Turquía ha vuelto a considerar la importancia del cáñamo, tanto como un cultivo como para reactivar la economía y respetar el medio ambiente. Se espera que el cáñamo generarará miles de nuevos empleos para el país y su ruinosa economía.

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