El miedo a que los dispensarios afecten negativamente al valor de la vivienda e impulse la delincuencia ha hecho que se denieguen muchas licencias en USA
Durante muchos años, los que se oponían a la legalización de la marihuana han utilizado los mismos argumentos para oponerse. Para estos ciudadanos que se oponen a la marihuana legal, el hecho de tener dispensarios de cannabis y tiendas minoristas de marihuana promueve el incremento de la delincuencia, disminuye el valor de las viviendas y promueve el abuso de la marihuana entre los adolescentes. Por desgracia, y aunque la marihuana ha sido legalizada, estos argumentos han prevalecido.
La creación de un dispensario de cannabis en los Estados Unidos requiere la aprobación de un funcionario local. Uno de los mayores temores de los vecinos es la posibilidad de que la presencia de dispensarios en el barrio pueda significar la devaluación del valor de la vivienda y que se incremente el número de delitos cometidos, lo cual repercutiría muy negativamente en el precio de las viviendas.
Los vecinos tienen miedo a que la presencia de un dispensario en su barrio traiga como consecuencia el aumento de los delitos, la devaluación de los precios de las casas y, sobre todo, el hecho de que los niños tengan un acceso más fácil a la marihuana. Estos miedos han tenido la consecuencia de que sean menos los dispensarios que obtienen la licencia en varios estados y pueblos. De hecho, en algunos están completamente prohibidos.
Sin embargo, se ha realizado un estudio que demuestra que los temores de los vecinos no tienen una base sólida. El estudio ha sido realizado por el Instituto Humboldt para la Investigación Interdisciplinaria de Marihuana.
Con este estudio se trata de investigar si la creación de dispensarios de cannabis ha afectado a los niveles de criminalidad local y el abuso de la marihuana. La realidad es que no se han encontrado evidencias de que los dispensarios repercutan en el aumento de la delincuencia. De hecho, se ha demostrado que se ha producido una reducción de los delitos contra la propiedad.
En efecto, la investigación refuerza las conclusiones de otros estudios que no han conseguido encontrar relación entre los dispensarios y este tipo de delitos. La gente tenía miedo de que aumentaran los delitos contra la propiedad, sobre todo en los mismos dispensarios, ya que estos disponen de una gran cantidad de dinero en efectivo y eso puede atraer a los enemigos de lo ajeno.
Por el contrario, los estudios han demostrado que los cierres de algunos dispensarios han incrementado los niveles de delitos contra la propiedad. Esto se ha visto muy claramente en la ciudad de Los Ángeles, donde se ha demostrado que los cierres temporales de algunos dispensarios y tiendas de minoristas de marihuana han tenido un impacto negativo en la criminalidad.
El estudio se basa en otros estudios anteriores a los que no se había prestado suficiente atención. Los investigadores se basaron en más de 100 investigaciones. Tras una profunda revisión de esos 100 estudios, los resultados se basaron en las conclusiones de los 42 que habían realizado una investigación más profunda del auténtico impacto de los dispensarios en los barrios.
Se ha investigado el impacto de la creación de dispensarios de marihuana medicinal y recreativa en el precio de la vivienda en Denver (Colorado). Se ha demostrado que la creación de un dispensario dentro de unos criterios de densidad aumenta los precios de las viviendas en un 7.7 por ciento. Por el contrario, las viviendas más alejadas de los dispensarios no han experimentado este efecto de incremento del precio. En definitiva, es otra forma de demostrar los beneficios económicos de la legalización de la marihuana.
Tras finalizar el estudio, el Instituto Humboldt para la Investigación Interdisciplinaria de Marihuana concluyó que los temores de los vecinos no tenían base real, como se podía deducir de las estadísticas de los últimos años. Estas fueron las principales conclusiones del Instituto.
Las tasas delictivas se han mantenido iguales y en algunos barrios han disminuido.
El valor de las viviendas ha aumentado.
El consumo de marihuana entre adolescentes no solo no ha subido sino que incluso ha bajado.
Los participantes en el estudio han recopilado todas sus conclusiones en un informe llamado “Debunking Marijuana Myths” (desmontando los mitos sobre la marihuana). La idea es enviar este estudio a todos los funcionarios, a los asesores legales, a los grupos activistas, a los investigadores de todo el país y a los distintos sectores de la industria del cannabis.
El informe es demoledor para la industria del cannabis. El miedo a los dispensarios ha hecho que el 75 por ciento de las jurisdicciones prohíban la marihuana en California. En Nevada, el 75 por ciento de los condados y más del 40 por ciento de las ciudades han prohibido la creación de tiendas de cannabis.
La consecuencia es obvia: el mercado ilegal de la marihuana sigue operando en muchas ciudades y condados después de la legalización de la marihuana. La mayoría de los condados que prohíben los dispensarios están ubicados en las zonas suburbanas y en las pequeñas ciudades rurales.
El informe asegura que el miedo a los dispensarios está basados en informaciones falsas acumuladas durante 80 años de prohibición y falta de transparencia del gobierno durante la guerra contra las drogas.
Por otra parte, la ley obliga a que los dispensarios estén a 5 kilómetros de distancia de las escuelas. Las estadísticas han demostrado que desde la legalización y la creación de dispensarios y tiendas minoristas de marihuana, no se ha producido ningún incremento en el uso de esta sustancia por parte de los adolescentes.
Los miembros de la industria del cannabis recomiendan a los ciudadanos y funcionarios del gobierno que lean este informe para desmontar tantos falsos mitos. También recomiendan recordar que la legalización de la marihuana fue un acto democrático del pueblo americano. Si después de legalizar la marihuana algunos municipios y barrios prohíben la creación de dispensarios, ¿para qué se hizo una votación? Tantos falsos mitos siguen siendo un gran obstáculo para el desarrollo de la industria del cannabis en los Estados Unidos.