Cultivar marihuana en guerrilla tiene ventajas y desventajas ya que te enfrentas a problemas que escapan a tu control
Cultivar marihuana en guerrilla ha sido una de las prácticas más empleadas para el cultivo de cannabis para muchas personas que no disponen de terreno o espacio en interior para realizar un buen cultivo.
Para cultivar marihuana en guerrilla lo más importante es plantar en un lugar alejado de cualquier núcleo urbano y cerca de una fuente de agua constante para no tener que regar. Lo ideal de un cultivo de guerrilla es plantar la planta, visitarla lo menos posible e ir a cosecharla.
Cultivar en guerrilla tiene ventajas y desventajas. Desde el momento en que estás plantando fuera de tu propiedad y tú puedes llegar hasta ahí, otras personas también pueden llegar, con lo que puede ser que te roben las plantas. Otro de los problemas más comunes es que las plagas acaben con tus plantas, o que no consigas plantas de mucha calidad. Vamos a daros unos consejos para llegar al final del cultivo con nuestra planta de guerrilla de buena calidad.
Es de suma importancia elegir variedades resistentes que no requieran de cuidados especiales que nos obliguen a visitar la plantación, lo que supone un riesgo de ser descubiertos. Antes de germinar las semillas ya debemos tener el lugar de cultivo. Lo mejor es un sitio donde haya un rio cerca, aunque sea pequeño, y localizar un sitio con zarzas y cañas, un sitio de difícil acceso donde veas que nadie entraría. Porque si las pones al alcance de cualquiera te las descubrirán. Si plantamos donde haya cañas, no tendremos que regar nunca.
Es necesario abrir un hueco entre los arbustos, cañas o zarzas, para que la planta crezca siendo tapada por el resto de vegetación pero le llegue la luz. Lo que debes evitar a toda costa es hacer huecos cuadrados o rectangulares ya que aunque las plantas no se puedan ver a nivel del suelo, los helicópteros de la policía las ven perfectamente ya que no hay nada que llame más la atención en la naturaleza que una figura geométrica ya que no es algo natural.
Si no es posible plantar cerca de una fuente de agua, podemos mezclar nuestra tierra con polímeros para que el suelo retenga mucha más humedad. Pero en este caso tendremos que ir a regar cada 2 semanas más o menos, algo que puede delatarte.
Una vez que tenemos el lugar para el cultivo hay que acondicionar el suelo. Hay que hacer un agujero, que dependiendo cuando plantemos deberá ser más grande o más pequeño. Si queremos cultivar una planta de temporada bastante grande deberás plantarla en marzo para cosecharla en septiembre. En este caso el agujero debe ser de unos 40 x 40 x 60cm de hondo. Si plantamos más tarde para que las plantas no se sean demasiado grandes o si cultivamos plantas autoflorecientes, un agujero de unos 20 x 20 x 40cm de hondo, será más que suficiente.
Es muy importante rellenar el agujero con un buen sustrato mezclado con abonos orgánicos en polvo. Si plantamos pronto para que la planta sea grande necesitarás un tipo de mezcla diferente a cuando plantas tarde. Si es un terreno seco será mejor que rellenes el agujero con una tierra que retenga bien la humedad, y si el lugar de cultivo es muy húmedo, como en el caso de la proximidad de un riachuelo o entre cañas, es mejor poner un sustrato que se seque bien. Si queremos que el sustrato retenga más humedad lo mezclamos con polímeros, los cuales retienen el agua durante mucho tiempo. Si quieres que el sustrato se seque más deprisa mezclaremos nuestro sustrato con arcilla expandida.
Si cultivamos en primavera es aconsejable mezclar nuestro sustrato con humus de lombriz para que aunque utilicemos solo con agua, la planta tenga suficiente nitrógeno para el crecimiento y consiga un buen sistema radicular. Deberemos repetir la dosis al mes siguiente para conseguir que las plantas lleguen sin otros fertilizantes a la fase de floración.
Si cultivamos plantas tardías o autos, o cuando lleguemos a verano que es cuando empiezan la fase de floración, hay que mezclar añadir a nuestro sustrato guano de murciélago. Debemos usar unas dos cucharadas por cada 7 litros de tierra que usemos en nuestro agujero. Solo tendremos que aportar un ligero abonado orgánico para floración de vez en cuando para poder sacar marihuana de buena calidad.
Para cultivar en guerrilla es importante visitar las plantas lo mínimo posible. Lo mejor es llevarlas al sitio elegido cuando ya tienen cierto tamaño para que los insectos y las plagas no las devoren, al menos hasta que las hayamos podido rociar con aceite de neem.
Cada 20 días tendremos que volver a rociar las plantas con neem y aprovechar para regarlas. Es mejor que lleves una garrafa grande para que tengas suficiente agua para todas las plantas y no tener que ir muchas veces al río. Nunca dejes botellas abandonadas porque en muchas ocasiones somos descubiertos por los restos abandonados. Además, dejar basura es asqueroso. Cuando llegue el verano protégelas con Bacillus Thuringiensis para que nos las orugas no se las coman. Y cuando se acerque la floración es aconsejable rociar las plantas con propolix para los hongos.
Con estos simples consejos podemos cultivar marihuana en guerrilla y obtener una buena cosecha sin arriesgarnos a tener las plantas en casa.