La legalización del cannabis medicinal en Panamá está siendo estudiada por una comisión de la Asamblea Nacional que busca crear un marco regulatorio para su uso
Tras un periodo de consultas, una comisión del legislativo ha vuelto a acoger una iniciativa que busca legalizar el uso del cannabis medicinal en Panamá y que, si finalmente prospera, convertiría a este país en el primero de Centroamérica en hacerlo.
La Comisión de Trabajo, Salud y Desarrollo Social ha retomado el proyecto que ha sido impulsado por organizaciones independientes, activistas a favor de la legalización del cannabis y personas con enfermedades que abogan por el derecho al uso de esta medicina natural que se ha legalizado en otros países sudamericanos, en Estados Unidos y Canadá.
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El debate sobre la legalización del cannabis medicinal en Panamá empezó hace dos años. La anterior legislatura, que culminó el 1 de julio con la llegada del nuevo gobierno, había aprobado un primer debate sobre el proyecto. Pero decidió dejarlo de lado para someterlo a una consulta más amplia porque se generaron dudas en relación con la producción e importación del cannabis.
El uso y venta de cannabis en Panamá es ilegal, aunque según las autoridades es la sustancia más consumida en el país. De hecho, Panama City está entre las 10 ciudades del mundo con mayor tasa de consumidores de marihuana. Por este motivo, los impulsores del uso del cannabis medicinal en Panamá han tenido que hacer especial hincapié en que la iniciativa no hace apología del consumo, sino que simplemente apoya un medio alternativo para que muchas personas traten sus dolencias.
La Asociación Cannábica de Panamá, fue creada para precisamente lograr la legalización del cannabis medicinal en Panamá. Luris Higuera, presidenta de esa asociación y que padece de artritis reumatoide desde hace más de 20 años, lo que le provoca dolores intensos, insiste en que el cannabis contiene cannabinoides que pueden ser útiles para tratar diversas enfermedades y síntomas, entre ellas la epilepsia infantil, esclerosis múltiple, artritis y el cáncer. A Luris Higuera le prescriben opiáceos como el fentanilo y asegura que tiene que controlarse para evitar la adicción.
Luris y otros pacientes con enfermedades crónicas han participado recientemente en foros y debates para concienciar a la gente sobre el uso de esa alternativa. Porque la realidad es hay inquietud entre la gente común cuando se habla de la legalización del cannabis medicinal en Panamá.
La iniciativa todavía tiene que pasar algunos trámites legislativos. La comisión debe aprobarlo en primera instancia. Para ello primero abriría otra ronda de consultas con diversos sectores. Tras esa ronda de consultas quedarían dos debates más en el pleno de la Asamblea Nacional y, si se vota a favor de la legalización, la ley tendría que ser sancionada por el Presidente.
Son formulismos que son parte de la burocracia de cualquier país. Pero mucha gente cree que finalmente y en breve serán testigos de la legalización del cannabis medicinal en Panamá. De hecho, este país centroamericano celebró el año pasado su primera Cumbre Mundial sobre el cannabis medicinal en la ciudad de Panamá.
El proyecto de ley busca crear un marco legal que permita el uso y acceso vigilado y controlado del cannabis y sus derivados con fines médicos y científicos. El proyecto también plantea normas y controles para la importación y exportación, cultivo, fabricación, almacenamiento, comercialización y uso de las semillas para siembra de la planta, así como derivados del cannabis terapéutico.
Latinoamérica es un lugar clave en cuanto a la explotación del cannabis se refiere. El cannabis medicinal es legal en 9 países latinoamericanos y la lista crece rápidamente. Según un estudio llevado a cabo por Prohibition Partners, se espera que el mercado del cannabis local genere 12.7 billones de dólares en 2028 mientras que el cannabis medicinal podrá generar 8.5 billones de dólares en una década.