La industria del cannabis medicinal no para de crecer en Puerto Rico a pesar de los desafíos a los que se enfrenta
Lirio Rivera, de 62 años y abuela de cinco años, ha sido una clásica ama de casa y devota católica durante toda su vida. Jamás ha fumado cigarrillos, jamás ha bebido alcohol y sobre todo, jamás en toda su vida se le ocurrió tomar marihuana. Desde niña veía con muy malos ojos a los que fumaban “mafú”, la palabra usada en Puerto Rico para referirse a la marihuana. Sin embargo, sin mediar aviso, un día comenzó a experimentar el dolor crónico y el cansancio propio de la fibromialgia.
Tras intentar diferentes tratamientos convencionales sin éxito, finalmente se rindió y decidió probar la marihuana medicinal de la que tanto había escuchado hablar. Comenzó a tomar cápsulas de CBD y su situación mejoró drásticamente. La abuela que tan mal había pensado durante toda su vida de la marihuana ahora dice que si las personas conocieran el poder curativo del cannabis, todos lo cultivarían en sus patios.
Desde la legalización de la marihuana medicinal en la isla, la planta está cambiando la situación económica y sanitaria de Puerto Rico. Miles de ciudadanos como Lirio Rivera la consumen, la cultivan o la venden.
Millones de dólares se están empleando para la financiación de granjas y dispensarios de marihuana que venden todo tipo de productos, desde aceites de masaje aromatizados con ylang-ylang y marihuana hasta comestibles con sabor tropical, así como las cápsulas utilizadas por personas como Lirio Rivera. Este milagro económico está ocurriendo a pesar de los desafíos operativos, bancarios y regulatorios a los que se enfrenta la isla.
Todo comenzó en 2015, cuando un año antes de dejar el cargo, el entonces gobernador, Alejandro Padilla , legalizó la marihuana medicinal por orden ejecutiva después de que el tema fuera ampliamente debatido. Finalmente, dos años más tarde, la legislatura lo votó como ley y el nuevo gobernador Ricardo Rosselló firmó las normativas que regulan su uso.
Según la web de marihuana medicinal de Puerto Rico, alrededor de 72000 pacientes forman parte del programa dirigido por el Departamento de Salud. El objetivo de la web es registrar 100000 nuevos pacientes para fin de este año.
Antonio Quilichini, director ejecutivo de la Junta de Regulación y Programa de Cannabis de Puerto Rico y comisionado de marihuana de la isla no puede ocultar su entusiasmo al hablar del tema y dice que es una industria nueva con muchas oportunidades.
Y es que realmente el cannabis medicinal ha sido un boom económico para la isla. Según el gobierno, entre las compañías, los médicos, los pacientes y los trabajadores que han pagado el coste de las tarjetas, permisos y licencias para consumir, vender, cultivar, transportar, recetar y fabricar, han generado 11.5 millones de dólares a la economía de la isla. Un dinero que es de especial importancia ya que Puerto Rico todavía intenta recuperarse económicamente de la ruina producida por los huracanes Irma y María en 2017, a lo que hay que añadir un terrible déficit público de 72 mil millones de dólares.
El gobierno ha concedido 77 licencias de dispensario y 40 ya se han abierto en toda la isla. Los defensores del gobierno y la industria estiman que el programa de cannabis medicinal podría generar 100 millones en nuevos ingresos fiscales en el año 2020 y además crear 20000 nuevos puestos de trabajo.
Conforme la industria se ha disparado en los últimos dos años, algunos analistas opinan que las expectativas dependen de la inscripción de muchos más nuevos pacientes. De ser así la isla generará ingresos de los impuestos a las ventas y el incremento del número de cultivadores y vendedores. Se espera que Puerto Rico consiga pronto una sólida base de consumidores.
Los partidarios de la marihuana medicinal insisten en que el crecimiento de la industria es un hecho. Cada vez se registran más pacientes. La isla ha pasado de 20 pacientes a la semana a 1500. El registro online a través de una nueva plataforma digital ha facilitado mucho el acceso y los pacientes están encantados con las formas alternativas de curación.
El cantante y compositor ganador de un Grammy, Draco Rosa, quien escribió junto a Ricky Martin el tema musical «Livin ‘La Vida Loca», es un consumidor entusiasta de la marihuana medicinal. Draco es uno de las muchas celebridades que invierten en la industria del cannabis medicinal.
Draco asegura que la marihuana funciona muy bien y que es un muy buen negocio. Él lo sabe bien ya que ha sobrevivido al cáncer dos veces, en 2011 y 2013. Él cree en el cannabis medicinal por haberle ayudado mucho durante sus tratamientos.
Tal es su entusiasmo y fe en el cannabis que su experiencia le inspiró a la hora de crear su propia línea de marihuana medicinal con la mayor concentración posible de CBD. Para ello, se asoció con NextGen Pharma, la principal compañía de marihuana medicinal de Puerto Rico.
Draco cuenta que se acercó a las líneas de cannabis medicinal con el mismo entusiasmo con el que crea música: con amor y atención a la calidad y los detalles. El pasado mes de diciembre, lanzó su primer producto llamado Monte Sagrado, que además es también el nombre de su nuevo álbum, y está pensado para pacientes con cáncer y personas que sufren de dolor crónico. En febrero, el padre casado y con dos hijos creó una segunda línea medicinal, Mad Love, para pacientes que sufren ansiedad y estrés. Los productos incluyen comestibles y aceites.
Otras celebridades, entre las que cabe destacar al músico Julian Marley, hijo de Bob Marley, venden productos de CBD en la isla. NextGen Pharma, la principal empresa de cannabis en Puerto Rico, ha invertido recientemente 6 millones de dólares en la construcción de nuevas oficinas, ha contratado a más empleados y está aumentando la producción.
Carmen Serrano, CEO de NextGen Pharma , dice que la gente de Puerto Rico está buscando alternativas a los medicamentos químicos convencionales que tienen efectos secundarios. Esta empresa también fundó Bwell, una línea de dispensarios. Hasta la fecha, han abierto cuatro establecimientos en áreas turísticas como Old San Juan, Condado y Ocean Park, así como en Guaynabo, y están preparados para abrir seis más para fin de año.
Por otra parte, Puerto Rico acepta las tarjetas médicas de los turistas americanos de cualquier estado de EE. UU. donde el cannabis medicinal sea legal, un motivo más para incrementar el turismo de la isla.
Como siempre, el mayor problema es que la marihuana medicinal todavía está clasificada como una sustancia ilegal a nivel federal, por lo que los bancos no pueden trabajar con la industria. En efecto, la banca es el mayor desafío, según Julian Londoño, vicepresidente de la Asociación de Cannabis Medicinal de Puerto Rico y socio gerente de NextGen Pharma.
Tu Coop, la única cooperativa de crédito local que proporciona servicios financieros a la industria de la marihuana medicinal en la isla, tuvo que cancelar cuentas en el pasado mes de enero después de que el Banco Cooperativo, un banco más grande que manejaba las transacciones de la cooperativa de crédito, ya no aceptaba sus cheques.
Afortunadamente, el problema se solucionó después de que Tu Coop llevó al Banco Cooperativo a los tribunales y un juez ordenó al banco más grande el restablecimiento de las cuentas de la cooperativa de crédito.
Pero incluso así, Londoño asegura que uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la industria es que la marihuana medicinal es un negocio obligado a trabajar en efectivo, lo que al final es muy costoso. Además, es un gran problema tener que contar, empacar y transportar una cantidad de 40000 dólares en efectivo de los impuestos mensuales.
Se tiene la esperanza de que los legisladores en la Cámara voten sobre la Ley de Banca SAFE, que permitiría a las empresas legales de cannabis medicinal de Puerto Rico poder trabajar con las instituciones bancarias federales y solucionar los enfrentamientos entre los gobiernos federales y locales que intentan regular la marihuana legal.
Además de los problemas con los bancos es necesario informar al público y educar a la policía sobre la marihuana medicinal.
Quilichini, el ministro de marihuana de la isla, tiene la misma opinión y afirma que los legisladores están en constante discusión con la policía y los fiscales de distrito. Todavía hay mucha confusión con lo que es legal y lo que no lo es. Algunos pacientes como Rivera dicen que aunque les ha beneficiado mucho la marihuana medicinal, los precios son demasiado altos.
20 cápsulas de CBD cuestan entre 60 y 80 dólares, que el seguro no cubre. Las tarjetas medicinales cuestan 25 dólares cada una, pero teniendo en cuenta las visitas al médico para obtener una receta, el costo promedio puede subir hasta 80 o 100 dólares. Los dispensarios venden de todo, desde pasteles que cuestan 10 dólares hasta cápsulas de 80 dólares.
Los partidarios del cannabis medicinal promocionan el creciente número de pacientes, productores y dispensarios en la industria. Jason Ortiz, vicepresidente de la Minority Cannabis Business Association, con sede en Connecticut, afirma que Puerto Rico tiene el ingenio, la experiencia, el clima y la infraestructura para que esta industria prospere. El grupo se ha marcado como logro conseguir que más minorías formen parte de la creciente industria del cannabis.
Sigue existiendo un cierto estigma social hacia la marihuana. Rivera dice que todavía le da vergüenza decirles a algunos de sus amigos que usa marihuana medicinal. Y es que le cuesta creer que la marihuana sea lo que finalmente le ha ayudado a vivir una vida más normal.