La mayoría de la gente utiliza el CBD para controlar el dolor crónico, la artritis y el dolor en las articulaciones
El cannabidiol, o CBD, es uno de los muchos compuestos que se encuentran en la planta de cannabis y que se está convirtiendo en el producto estrella de la industria de la salud. Los productores lo ven como una solución rápida para tratar muchos desórdenes, desde la ansiedad hasta el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), a pesar de que hace muy poco tiempo que es legal en los Estados Unidos.
Kevin Boehnke, Ph.D., investigador en el departamento de anestesiología y el Centro de Investigación de Dolor Crónico y Fatiga de la Universidad de Michigan cree que la emoción que ha despertado el CBD entre los investigadores es enorme, lo cual es muy bueno ya que el cannabis se ha utilizado durante miles de años y las personas saben que es una sustancia segura. Pero que sea segura no implica que sea eficiente. ¿Funciona el CBD para tratar el dolor?
Antes de profundizar en este tema debemos analizar el dolor. ¿Qué constituye el dolor? Los expertos clasifican el dolor en tres tipos. Uno de ellos es el dolor neuropático, es decir, el dolor causado por daño o inflamación de los nervios. Por ejemplo, el síndrome del túnel carpiano o la ciática.
También está el dolor agudo o nociceptivo, que es el dolor agudo que habitualmente se produce como consecuencia de una lesión o daño tisular, como un hueso roto o una artritis causada por el roce óseo.
Y por último está el dolor centralizado, que recientemente se ha llamado nociplástico. Por ejemplo la fibromialgia o algunas de las otras condiciones de dolor crónico superpuesto, como migrañas y dolores de cabeza por tensión, que han sido más difíciles de catalogar científica y clínicamente porque no hay una patología específica que se pueda identificar en una radiografía.
Pero la realidad es que los diferentes tipos de dolor no siempre responden a la medicación de la misma manera y, por lo tanto, es difícil hacer generalizaciones sobre el efecto del CBD para el tratamiento del dolor.
Hasta diciembre de 2018, el gobierno federal clasificaba al CBD como una sustancia del Anexo I (junto con la marihuana), lo que ha hecho muy complicada la investigación. Pero desde que el presidente Trump promulgara la Farm Bill, según la cual el cáñamo es un producto agrícola más, la situación podría cambiar.
Ya se han llevado a cabo muchos estudios en animales y la conclusión es que el CBD es un gran antiinflamatorio y que tiene efecto analgésico. Pero también es cierto que la investigación con animales no ha sido siempre extrapolada a los humanos.
Por supuesto hay numerosos estudios centrados en la marihuana medicinal y el dolor. La mayoría de ellas se centran en el uso de CBD junto con THC, o delta-9-tetrahidrocannabinol, el compuesto en el cannabis que tiene efectos psicoactivos, dado que los investigadores creen que estos dos cannabinoides funcionan mejor juntos.
Si los tomas juntos puedes tolerar más THC sin tener los mismos efectos psicoactivos. Además, tomar CBD y THC juntos, en comparación con una cantidad similar de THC solo o CBD solo, parece tener mejores efectos analgésicos.
Lo cierto es que se han publicado diversos análisis que corroboran la eficacia del cannabis para tratar el dolor. El problema es que han llegado a conclusiones algo conflictivas.
Un estudio de 2017 realizada por el Departamento de Asuntos de Veteranos encontró evidencias de que las preparaciones de cannabis con un contenido de THC-CBD en una proporción de 1: 1 pueden aliviar el dolor neuropático pero evidencia insuficiencia con otros tipos de dolor.
Sin embargo, otro informe llevado a cabo por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina (NASEM) y que fue publicado ese mismo año llegó a la conclusión de que había evidencia concluyente y sustancial de que la marihuana es eficiente para el tratamiento del dolor crónico, las náuseas y los vómitos producidos por la quimioterapia, la esclerosis múltiple y cualquier dolor relacionado con los espasmos musculares y la rigidez.
Por el contrario, una tercera investigación llevada a cabo por Cochrane, que es una de las organizaciones de investigación más respetadas, concluyó que todavía hay falta de evidencia de que cualquier producto derivado del cannabis funcione para el tratamiento del dolor neuropático crónico.
Y sin embargo, los expertos siguen opinando que el cannabis es muy eficaz para el tratamiento del dolor. Boehnke explica que las anteriores investigaciones son muy limitadas ya que no administran cannabis o cannabinoides a las personas durante un período prolongado.
Un gran problema para la investigación es la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA). Esta organización no permite la producción legal de marihuana para investigación. En la actualidad la Universidad de Mississippi, financiada por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, es el único proveedor de marihuana que permite la DEA. En 2016, la DEA dijo que aceptaría solicitudes de otros proveedores, pero de momento todo sigue igual.
Pero además, los investigadores se quejan de que la marihuana cultivada por la universidad es de baja calidad, tiene moho y genéticamente es cáñamo y no marihuana, con niveles extremadamente bajos de THC.
Por otra parte, la mayoría de los estudios utilizan cannabinoides sintéticos de molécula única en lugar de la marihuana medicinal que cualquiera puede encontrar en un dispensario y que puede contener más de 400 cannabinoides diferentes.
Cuando se consume cannabis de un dispensario el organismo obtiene muchos compuestos diferentes que juntos tienen la capacidad de aliviar el dolor, puesto que la combinación de todos producen una fuerza proveniente de la sinergia.
Como señaló NASEM en su revisión de 2017, se sabe muy poco sobre la eficacia, la dosis, las vías de administración o los efectos secundarios de los productos de cannabis de uso común y comercial en los Estados Unidos. Y es por ese motivo que los investigadores del dolor se preocupan por probar toda la planta de cannabis ya que todos esos cientos de cannabinoides pueden ayudar a explicar por qué el cannabis alivia el dolor y cómo lo hace.
Según los investigadores canadienses Amol Deshpande, MD, y Angela Mailis, MD en The Journal of Applied Laboratory Medicine, puede ser un error suponer que los principales efectos clínicos del cannabis provienen únicamente del THC y el CBD. Lo más probable es que estemos infravalorando la importancia del resto de los compuestos asociados que se encuentran en toda la planta de cannabis. Aunque la actividad biológica y eficiencia de muchos de estos cannabinoides todavía tienen que ser exploradas, la investigación preliminar indica que algunos pueden operar sinérgicamente para producir lo que se conoce como “efecto de séquito”.
Los expertos también podrían descubrir que el CBD por sí solo puede aliviar el dolor. Un estudio reciente sobre el dolor en animales investigó cómo el CBD puede interactuar con los receptores de serotonina, que se cree que juegan un importante rol en el dolor, la depresión y la ansiedad.
La aprobación de la DEA del CBD y también la aprobación de la FDA de Epidiolex, un medicamento a base de CBD utilizado para tratar formas raras de epilepsia infantil, propiciará nuevas investigaciones y los estudios clínicos de CBD podrán llevarse a cabo con mucha más facilidad y asiduidad.
El Sativex es un producto farmacéutico a base de cannabis que contiene THC y CBD en un ratio de 1: 1. Es legal en varios países para tratar el dolor neuropático, los espasmos musculares y la rigidez relacionada con la esclerosis múltiple, y el dolor intenso por cáncer avanzado. Ya está en fase de evaluación en los Estados Unidos.
Sin duda, una de las mejores propiedades del cannabis es su capacidad para combatir la adicción a los opiáceos. Cada vez son más las investigaciones que demuestran que la combinación de cannabinoides y opiáceos es más fuerte que los opiáceos solos, lo que implica que se podría reducir las dosis de opiáceos en los pacientes. Y un estudio de 2019 puso de manifiesto que el 80% de los pacientes con dolor crónico han sustituido los opiáceos que tienen los analgésicos tradicionales (tanto opiáceos como benzodiacepinas) por cannabis debido a que tiene menos efectos secundarios.
Si bien es cierto que la investigación sobre el CBD y el cannabis es muy prometedora, los expertos aseguran que en la actualidad tiene importantes limitaciones para investigar más. En mayo de este año, la Academia Estadounidense de Medicina del Dolor publicó un escrito en el que se instaba a las agencias federales a reprogramar el cannabis medicinal para fomentar la investigación con el propósito de llegar a disponer de una regulación responsable.